
El Che Guevara se delataba, como todos, por los ojos. Recuerdo su mirada limpia, como recién amanecida: esa manera de mirar de los hombres que creen... Pensé: "Ha fracasado. Está muerto". Y pensé: "No fracasará nunca. No morirá jamás", y con los ojos fijos en esa cara de Jesucristo rioplatense, me vinieron ganas de felicitarlo.
Buscado no Eduardo Galeano
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